sábado, 22 de enero de 2005

A mi padre

El alma clara del poeta
quedó muerta tras la helada.
Su frágil pensamiento
se rompió en mil pedazos
y del cristal de la nevada
se cubrieron sus ojos
enfriando para siempre su mirada.


Hace ya diez años que nos dejó por culpa de un cáncer.
Gracias a él soy lo que soy, y como soy. No podía empezar ésto sin él.

Malinorn�

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