Para ser verano, día de Santiago, operación salida de tráfico, y caer un terral de espanto, la cosa estuvo bastante bien, en especial si tenemos en cuenta que, entre unas cosas y otras, la actividad se publicitó muy tarde. Los de la tetería se portaron y nos dejaron una sala para hacer lo que quisiéramos en ella (faltó que nos cambiasen la bombilla por una que iluminase algo mejor, pero bueno) así que allí nos plantanos una hora antes de la anunciada para tomar posesión de la sala y liarnos a mover mesas, colocar libros, Estel, Nolmë, fanzines, estandartes... y, por supuesto, para tomar un té antes de empezar que nos diese fuerzas y ponernos a hacer un rato el tonto con el bodhram, el wishel (o como se escriba, que nunca me acuerdo) y los cancioneros.
Éramos pocos montaraces, pues la mayoría están disfrutando en otras tierras de unos días de asueto, pero la cantidad fue compensada con el entusiasmo que caracteriza a muchos de mis ithiliendhrim, así que con sorpresa pudimos ver que si bien no movimos masas (gracias sean dadas a Eru, porque la sala no es muy grande y el calor sí que lo era...) los valientes y osados que se acercaron comenzaron a aparecer incluso mientras montábamos... Si es que la gente es de un impaciente...
A la hora señalada comenzamos una lectura de cuentos en la que los asistentes no se conformaron con actuar como público, sino que tomaron libros de la exposición y compartieron con nosotros fragmentos que les resultaban especiales. Quizá lo más llamativo fue la lectura de la canción "El hombre de la luna" en ruso, español e inglés para comparar las traducciones realizada por una de las chicas que asistieron (¡una conocedora del UANiverso, señores!)
Esta chica en cuestión vino acompañada por su madre y su hermano, y su madre empezó a hacer muchas fotos y a mirar con atención no ya solo los libros expuestos sino sobre todo las distintas Esteli que habíamos llevado. Se mostró muy interesada y empezó a hacerme preguntas sobre lo que hacemos y quienes somos. Preguntas que en un primer momento tomé como habituales de una madre que quiere saber dónde la ha llevado su hija, pero resultó que la mujer escribe para un periódico dirigido a la población rusa en España o algo así y que quería escribir algo sobre nosotros (al menos es lo que entendí tras un comentario de su hija más tarde, una vez terminada la actividad)
Cuando Feadûr leyó la Nirnaeth, Elessar y yo nos arrancamos con el Lamento, y las caras de sorpresa fueron muy gratificantes, pero claro, la caja de los truenos estaba abierta, y desde ese momento cada vez se fueron intercalando más canciones, desde las épicas a las humorísticas.
Ya puestos hicimos publi de la Estelcon y de las obras "menores" (como odio esa definición) de Tolkien, leimos fragmentos de Egidio, algún poema de las Aventuras de Tom Bombadil, mostramos las Cartas de Papá Noel, hablamos y hablamos de las comisiones, de la STE, de las merith, de nuestras reuniones... ¡de tantas cosas! que antes de que diese tiempo a aburrirse tuvimos que despedirnos de los asistentes y comenzar a recoger.
No tengo la menor idea de si de aquí saldrán nuevos socios, pero sí puedo decir que la verdad es que estoy contenta por como salió todo, porque nos sentimos muy cómodos con la gente que vino y con las actividades que realizamos, y quién sabe... quizá cosas como ésta ayuden a que el smial siga creciendo e incorporando savia nueva o quizá no, pero sea como fuere es una experiencia enriquecedora (aunque alguno se vea obligado no ya a escuchar, no, ¡a cantar! la canción de Súlion muy a su pesar o volver a escuchar las batallitas de los abuelos :P)
Lo que se sucedió en ese local, y especialmente en la vuelta hasta el coche (ejem, ejem) quedará para los que allí fuimos, pero creo que la siguiente foto puede captar como bebiendo poco se lo pasa uno bomba si está entre buena gente
Sí, el Signo del Mal, al menos por mi parte, que Bardo y Feadûr me atacaban para impedirme realizarlo correctamente ¬¬
En fin, hasta aquí la crónica "oficial" de la actividad, muy divertida para algunos, muy provechosa para otros, si ustedes me entienden. Ahora se me tendrá que olvidar lo que es acarrear tooodos los libros que llevé (por fortuna no todos los que tengo, arf) desde donde pude aparcar el coche de vuelta hasta mi cas a altas horas de la madrugada antes de que me pillen para hacer otra XDDDD
Si todo ésto da más frutos aparte del disfrute que conllevó, el tiempo lo dirá.