viernes, 26 de octubre de 2007

Otro día más

Al final poco a poco voy volviendo a la rutina.

El tobillo, gracias a Dios, cada día molesta menos, y ya no cojeo casi (excepto cuando llueve ¬¬) Eso sí, estoy loca porque no tengo zapatos que ponerme. Aún está blandita la herida y si me roza algo molesta, y si un zapato roza constantemente... antes lo arreglaba a base de chanclas ¡pero hace frío! y lo de ir con calcetines y chanclas no es para mí, me temo XDDDDDDDDD

Ya he faltado a algunas clases (por eso de la normalidad) y todas las veces ha sido por quedarme dormida ¬¬ ¿Y por qué me quedo dormida? porque no soy capaz de dormirme antes de las cuatro de la mañana, y cuando el despertador suena a las siete menos cuarto... pues ni me entero. Resulta curioso cuando me tomo la pastilla para dormir con una tila doble y ni por esas... yo creo ya a estas alturas que ni dándome un martillazo en la cabeza :S:S
Y claro, el bendito móvil con la alarma a las siete menos cuarto, y yo que lo apago mientras sigo durmiendo y que me pierdo las clases :'(

Al menos me ha servido para leer como una mala bestia El expediente del náufrago y Cinco horas con Mario, las dos obligatorias para Novela, y comenzar con La sonrisa etrusca, también obligatoria para la misma asignatura.

Eso de leer a toda marcha y por obligación nunca me ha gustado, pero he de reconocer que si no fuese por ese imperativo probablemente con el expediente del náufrago hubiese cometido ese delito de dejarlo a medias, y no habría sido bueno, y eso en el hipotético caso de que me hubiese decidido a comprarlo, claro.

No es una novela que me haga perder el sentido ¡ni de lejos! pero he de reconocer que poco a poco me ha ido enredando en su mundo marchito, oculto, abandonado, en busca de la estela de un fantasma.

De Cinco horas con Mario mejor ni hablar. Es una novela que me ponía de mala leche, oye, qué le voy a hacer... y vale que es de Delibes, que vale que técnicamente y que tal y que cual, ¡pero es que me encendía según iba leyendo! Y otra que el final te hace "cronch", igual que la anterior, aunque cada una a su modo y con distinta intensidad...

La sonrisa etrusca, sin embargo, me ha atrapado desde el principio. Poco a poco seguiré asistiendo a esa relación tan tierna del abuelo con su nieto en una ciudad agresiva con todos.

En fin, ya veis, he vuelto tan a la normalidad que hasta estoy leyendo de nuevo ¡aunque sea por obligación!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Uys, parece que al fin tu blog no provoca que mi ordenador se reinicie, me daba miedo entrar ;)
Un besote wapa, estoy deseando verte en la mereth (y tengo un montón de azúcar para tu colección;)

MUAKKKK

Anónimo dijo...

Por cierto (que era lo que yo venía a decir en realidad), en lo de la pastilla te entiendo: Yo llevo todo el mes con los nervios tan desatados que aun tomando un Nolotil, un antiinflamatorio (para los músculos de mi brazo, que aún están jodidos) y una pastilla para domir, no me hace efecto...o tarda tanto que, para cuando lo hace, de todas formas ya estoy en la cama dando vueltas y vueltas y vueltas....
Tú tranqui que todo pasa, verás como es sólo una racha y acabamos pasándola las dos;)

MUAKSSS