La música y los sentidos

Hoy me he parado a pensar en lo que afecta la música que escuches a tu estado de humor.
Hay quien escucha la música de un estilo X en un momento X porque "se lo pide el cuerpo", porque es lo que te pide tu actual estado de ánimo y buscas algo con lo que identificarte.
Así ante una ruptura amorosa o una crisis de pareja te pones las canciones de amor más desgarradas, más deprimentes, esas que te hunden en la miseria ¡pero estás bien! Eso es lo que necesitas, llorar como una condenada, así que te las pones y punto.
Y cuando eres feliz ¿qué escuchas? Canciones llenas de energía, que te hacen vibrar, que te despiertan esa sonrisa que llevas ya dentro.

Pero yo prefiero dar una vuelta de tuerca a esta teoría. Prefiero pasar de las canciones que reflejan como te sientes y pasar a las canciones que te hacen sentirte como quieres sentirte.

Hoy, caprichos de la vida, digamos que quiero sentirme sexy, por poner un estado de ánimo fuera de lo común cuando estás en tu casa encerrada preparando un examen, así que vamos a hacer la prueba. Mientras escribo ésto me he puesto el winamp con rock&roll, con esos rocks que te hacen moverte al bailar de forma isinuante, que hacen que en un mundo ideal, si tuvieras el cuerpo de una top model y un nulo sentido del ridículo, te subieras a la barra de un bar ligera de ropa y dejases al público con la boca abierta.

Vale, seguro que ésto es lo que menos se esperaría de mí mucha gente, pero hasta una casi treintañera, elfa de corazón a más inri, tiene derecho a sentrise como le de la gana ¿no?

Un blues y un sorbo de té después el experimento empieza a hacer efecto... me he descubierto a mi misma bebiendo con una expresión en la cara que no es la mía por regla general, y el cuerpo empieza a moverse solo en la silla bailando al compás de la música.

Chicos, ésto funciona... Ya lo sabéis, contra la tristeza canciones movidas, contra la euforia, baladas y contra los exámenes ¡música sexy! Mucho mejor que esclavizarse al sentimiento que te aborde, nunca buscado por ti, es poder despertar el sentimiento que deseemos tener. ¡A por él!