Primeras palabras tras la E-Daur

Recién llegada y con el antivirus a punto de caducar solo tengo tiempo de subir un par de fotos de la mereth E-Daur.

Ha sido estar en casa y de vacaciones al mismo tiempo, si usted me entiende. Nunca un bosque oyó tantas risas, tantas canciones ni se estremeció ante criaturas tan malignas como las que podéis ver aquí.
Sí, no somos otras que las Arañas del Bosque Negro. Tenemos cara de hambre y de mala leche porque los bocazas de los elfos nos la jugaron y nos quedamos sin cenarnos a todos aquellos aventureros que pasaban por allí. Era una pena, porque algunos parecían sabrosos, pero las Arañas sabemos perder. Las Arañas somos la crema. Las Arañas nos queremos mucho y nos dedicamos a apisonar a Altariel y a Findûriel, que de tan aplastada ni se la ve a la pobre.


La verdad es que Rhiwen hizo maravillas maquillándonos en cinco minutos a todas, que íbamos contrareloj. Jo, muchas gracias por enmarronarme, que me lo pasé como nunca haciendo de mala (sí, vale, Lelldorian tiene razón, ahora ya SÍ soy mala...) con la historia de la hormiguita que se quería comer los dos árboles en la isla donde se refugiaban los humanos y que luego (ya al fin como Ungoliant) era perseguida por Morgoth porque ella había robado los Silmarilli a petición de él y no se los quería dar XDDDDDD

Cuando tenga antivirus activo subiré más fotos, pero no quiero dejar pasar la oportunidad de mandar un besazo a todos mis descubrimientos de la mereth (y redescubrimientos) porque en Boromir y Findûriel pude ver a dos bellísimas personas ahora que he podido tener la oportunidad de hablar con ellos, y he conocido a Altáriel al fin ¡y a mi nuera Selerkala! que es un primor de niña, más maja que todas las cosas, y Mablung, y Gil Galen y buff, tantos que me voy a dejar gente sin nombrar. Muchas gracias a las féminas por adoptarme y hacerme partícipe de vuestras bromas, y abrirme la puerta para conoceros, porque sois un encanto.

No hacen diez horas desde que nos separamos y ya tengo un síndrome post mereth de la leche :'(
¡Os quiero!